domingo, 28 de septiembre de 2014

EJERCITATE EN EL TRABAJO

EJERCITATE EN EL TRABAJO

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¿Se puede hacer ejercicio en medio de una jornada laboral? Es sabido que nuestra vida sedentaria provoca varios inconvenientes en la salud física y mental, y también que acarrea más cansancio que un tipo de rutina más dinámica. Pero incluso conociendo estos hechos, nos es complejo introducir un poco de actividad física en lo cotidiano.



No estamos hablando de ir a un gimnasio ni de largas sesiones en las que quedar sin aliento por el esfuerzo. Se trata simplemente de ir generando de a poco, hábitos que se conjugan bien con nuestras labores del día a día. Vale la pena intentarlo, aunque al principio nos parezca que no va a funcionar.
Un artículo en la página web de la Clínica Mayo, en Estados Unidos, propone a sus pacientes que se ejerciten con sencillas rutinas durante la jornada de trabajo, argumentando que -de todas formas- nunca parece ser suficiente el tiempo como para realizar actividad física en un ámbito más específico. Provee además de diez tips para integrar el ejercicio al medio laboral, y aquí se los presentamos como ellos los plantean:

1. Comenzar con el desplazamiento al trabajoEl consejo es concurrir caminando o en bicicleta si las distancias lo permiten. En caso de ir en ómnibus, sería saludable bajarse unas paradas antes del destino y marchar a pie hasta la oficina. Si vas en tu vehículo particular, no estacionar al lado del edificio o lugar de trabajo sino unas cuadras más lejos. Y, finalmente, al llegar, si hay escaleras utilizarlas siempre en lugar del ascensor.

2. Trabajar levantadoAquí el argumento es que se gastan más calorías al estar de pie que estando sentada. Buscá tareas que puedas hacer fuera de la silla, como hablar por teléfono caminando, o levantarte para dialogar personalmente sobre un tema que pensabas tratar por mensaje de texto o mail. 

3. Aprovechar los ratos de descanso para ejercitarseEl artículo plantea realizar una caminata corta y rápida o hacer suaves estiramientos a la hora de ir a buscar un café por ejemplo, y en lugar de quedarse a tomarlo sentada o hablando con un colega. En cuanto a los estiramientos, propone bajar la barbilla hacia el pecho con la cara mirando hacia adelante, o subir un tobillo o pantorrilla hasta los glúteos si estás de pie. Cada estiramiento se debe mantener entre 15 y 30 segundos.

4. Llevar una pelota de ejercicio al trabajoSe sugiere en este punto cambiar la silla tradicional por una pelota (del estilo de las que se usan en Pilates) firmemente inflada. Es posible que cueste encontrar el equilibrio sobre este nuevo asiento, pero esto mejorará con el tiempo y se tonificarán tus músculos centrales mientras trabajás sobre la pelota. También se puede utilizar la misma para hacer otro tipo de ejercicios simples a lo largo de la jornada.

5. Almacenar material de ejercicio
Entre reuniones o tareas, podés ejercitar los brazos con pesas pequeñas, cintas de resistencia o cuerdas de estiramiento, que luego se guardan en los cajones del escritorio o en lockers, si hay disponibles.

6. Reunir aliadosOrganizar un grupo para salir a caminar en la hora libre, o coordinar con otros compañeros para hacer un poco más de ejercicio de forma regular es una buena idea para apoyarse entre todos cuando menguan las ganas.

7. Reuniones movidas
Si se puede instrumentar y no interfiere con la dinámica de la reunión, proponé que se fijen durante una caminata o un paseo. Puede ser dentro del mismo edificio de trabajo o -si el clima lo permite- salir al aire libre.

8. Más ritmo
Si tu trabajo implica la caminata, tratá de hacerla más rápida; esto te beneficiará de múltiples formas.

9. Planificar por adelantado los viajes de trabajoDe esta manera, si estás demorada en un aeropuerto podés dar una caminata con el equipaje de mano, por ejemplo. O elegir un hotel que tenga un spa o gimnasio, para ejercitarte un rato en el día. Si no es posible esto, entonces llevá tus propios materiales de ejercicio (siempre y cuando sean fáciles de acomodar en las valijas, como ser una cuerda de saltar o cintas de estiramiento). También se pueden hacer ejercicios sin ningún equipamiento, como los abdominales u otros que resulten simples.

10. Integrá un caminador a tu escritorio
Este paso ya es para avanzados en el ejercicio durante la jornada laboral, porque supone caminar mientras se trabaja, colocando una superficie fija con los elementos de trabajo sobre el caminador. Sin embargo, los beneficios que parece reportar parecen ser muchos. Los especialistas de la Clínica Mayo afirman que los empleados de oficina con sobrepeso que instauran esta opción pueden llegar a perder de 20 a 30 kilos por año caminando dos o tres horas al día, sin siquiera utilizar un ritmo demasiado rápido en la cinta caminadora.


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