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Introducción
Estamos en la temporada atlética y se está por largar la carrera de los 400 mts. A la orden del juez los atletas van a sus respectivos tacos de partida. Luego se escucha el clásico"listos" y suena el disparo. Todos los corredores salen de manera vertiginosa, pero por la recta opuesta se puede ver a una figura alta, cuya cabeza no tiene oscilación alguna, como si se desplazara en una línea recta pese a la alternancia entre apoyo y vuelo. Sus zancadas son largas, aproximadamente de 2.70 mts. Entra a la recta final con sensible ventaja y cruza la línea de llegada con un registro de 49" 2/10 sec.: ¡récord nacional! Quizás este registro no impresione mucho en la actualidad, y mucho menos como el mejor registro de una nación.
Para ello se hace necesario aclarar que fue establecido en el año 1932 en la Pista Oficial de Atletismo de la ciudad de Montevideo, Uruguay por el atleta Héctor R. Domínguezque representaba al Club Stockolmo. A partir de ese momento a esta gran atleta se le puso el sobrenombre de "La Pantera Azul". Al poco tiempo Domínguez también obtuvo el primado nacional en los 400 m con vallas con 55 sec. Este deportista siempre estuvo muy reconocido a su entrenador y maestro por la forma en que lo entrenó. ¿Quién fue esta persona? Era de un inmigrante húngaro llamado Pedro de Hegedüs. Sin embargo la calidad de este extranjero centro europeo no estuvo concentrada únicamente en el atletismo, sino como veremos más adelante también sobre otras áreas de la Educación Física, el deporte en general y el arte.
Pedro de Hegedüs y sus antecedentes europeos
Pedro de Hegedüs (Molnár, de parte de madre) nació en Budapest, Hungría, el 7 de Mayo de 1895. Desde muy joven mostró ser bastante dotado para las actividades físicas. A los 15 años de edad ya competía en boxeo, alternándose con los mejores de su país. Por esa época hace una gira por Europa nada menos que el Campeón de Mundo de los pesos pesados Jack Jonson con su entrenador. Este último lo vio tirar guantes y reconoció de inmediato sus grandes cualidades para dicho deporte. Lo invita a ser su dirigido y llevárselo a los Estados Unidos para hacerlo profesional. El padre del joven Pedro -Jorge de Hegedüs- se opuso terminantemente a esta "aventura" de su hijo y por lo tanto lo hizo continuar su carrera de boxeador en su país natal. Pero además alternaba este deporte con el atletismo y los saltos ornamentales (o clavados). En el atletismo llegó a correr los 100 metros en 11"2/10, 6.30 m en el salto en longitud, 1.76 en altura, y además récord de Hungría 1.48 m en esta última especialidad pero sin impulso.
Debido a la necesidad que tenía el joven Pedro de Hegedüs para obtener más resistencia como consecuencia de la práctica del boxeo es que empieza a correr distancias más largas en sus entrenamientos. Según contó hace muchos años, participó en una carrera de 20 kilómetros en donde obtuvo el 5° lugar. En los saltos ornamentales obtiene la medalla de bronce en el Campeonato Nacional de Hungría, siendo el vencedor nada menos que el Campeón Europeo. A los 18 años de edad entra a la Facultad de Medicina de Budapest para seguir la carrera de médico, con orientación hacia la neurología, pero al poco tiempo debió suspenderla por un hecho sumamente trágico: en el mes de Julio de 1914 estalla la Iª Guerra Mundial, la "Gran" Guerra.
Debido a que Hungría estuvo muy involucrada en este asunto por pertenecer al Imperio Austro - Húngaro, entra de inmediato a participar en esta aterradora contienda. Pedro de Hegedüs se presenta de inmediato como voluntario con sus 18 años. Peleó duramente los 4 años que duró esta lucha fraticida. Estuvo asignado contra el frente Ruso e Italiano en la primera línea de ametralladoras. Intervino nada menos que en 37 ataques cuerpo a cuerpo a bayoneta. De todos estos enfrentamientos pudo salir ileso e incluso obtuvo 13 condecoraciones, incluida la Cruz de Hierro. Por sus actos de valor ya a los 21 años de edad había sido ascendido al grado de capitán.
Sin embargo la Guerra Mundial tuvo sus efectos sobre su persona, especialmente desde el punto de vista emocional. Los muertos, los heridos, los desaparecidos, las familias desgarradas, el ver morir a muchos de sus camaradas y amigos tuvieron efectos sobre su personalidad los cuales perduraron el resto de su vida, y nunca llegó a superarlos. Al firmarse el armisticio en 1918 vuelve a reiniciar sus actividades en la Facultad de Medicina. Pero se da cuenta que esta no es la profesión que más le gustaba, su orientación siempre estuvo sobre el deporte. Es por este motivo que entra como alumno en el "Real Instituto de Educación Física de Budapest". En dicho instituto docente tuvo como profesores al célebre Kmetyko y al Dr. Otto Misángy. Paralelamente es co-fundador de la "Federación Húngara de Box y Lucha". En esa época llega a ser entrenador de Ádler Siga, Campeón Nacional de Hungría en el deporte pugilístico el cual luego lograría un enorme prestigio cuando se retiró y se convirtió en el entrenador del triple Campeón Olímpico, y luego Europeo, Lászlo Papp.
Pedro de Hegedüs siempre mostró un espíritu polifacético de tal manera que también incursionó en el periodismo deportivo con singular éxito. Su espíritu aventurero lo lleva a tomar la decisión de emigrar a Sud América, específicamente a la Argentina. En 1927 y con 32 años de edad se embarca hacia el Río de la Plata. Según contó en su momento, el barco se detuvo por unas horas en la ciudad de Montevideo. Desciende con algunos pasajeros con los cuales ya hizo amistad después de tantos días de convivir juntos en la estrechez de una embarcación. Entra a un café del puerto de dicha ciudad y ahí escucha -según sus palabras- la famosa
"Cumparsita" del genial compositor uruguayo
Gerardo Mattos Rodríguez. Decide suspender su viaje a Buenos Aires y radicarse en Montevideo.
Pedro de Hegedüs y su vida en el Uruguay
Para una persona que llega como inmigrante con apenas 7 dólares en los bolsillos, desconociendo el idioma y sin conocido alguno, el comienzo no fue nada fácil. En estas condiciones cualquier trabajo fue apreciado. Pese a sus antecedentes de ser héroe nacional en su país de nacimiento por su desempeño en la Iª Guerra Mundial y de tener el título de Profesor de Educación Física y Campeón Nacional de Box, ello no le impidió a que entrara a trabajar como peón -armador de hierro- en la construcción de distintos edificios. Luego de ello y desempeñando variadas tareas humildes entra a la Comisión Nacional de Educación Física (organismo rector de dichas actividades en el Uruguay), pero... en los talleres, es decir, donde se fabricaban los materiales deportivos.
Pide que se le tome una prueba para trabajar como docente en el área del boxeo y atletismo. El muy conocido Prof. Alberto Suspicci fue el que le tomó dicho examen. Aprobó con las máximas calificaciones. Hay que resaltar que entre estas dos personas se inició a partir de ese momento una amistad de toda la vida. En 1930 participa como docente en el primer gran curso de Educación Física que se realizó en el Uruguay. El mismo duró varios meses y tuvo como alumno nada menos que a una de las personalidades más reconocidas del deporte uruguayo, específicamente el fútbol. Se trató del luego famoso "coach" Ondino Viera. Si bien este obtuvo el título de Prof. de Educ. Física nunca lo ejerció fuera del ambiente del fútbol.
En 1932 Pedro de Hegedüs contrae enlace con Elena Megadja, una compatriota suya y que también llegó a ser su colega. Elena Megadja de Hegedüs fue la introductora en su momento del método Mensendick (gimnasia con sustento de gran actividad respiratoria).
A esta altura de las circunstancias se produce un hecho sorprendente. Existía en el ejército uruguayo gran carencia de "maestros de gimnasia y esgrima". Por dicho motivo el Jefe del Estado Mayo uruguayo, el Gral. Christie entonces todavía coronel) lo invita a que se enrole en el ejército nacional pese a ser extranjero. Pero como Pedro de Hegedüs ya había sacado su carta de ciudadanía no tuvo problema alguno ante semejante invitación. Su vinculación con la Escuela Militar duró hasta el año 1957 llegando al grado de capitán de Educación Física, asimilado al estado militar. También desempeñó funciones docentes en la "Escuela Naval" y también la "Aeronáutica". Pero su pasión por el atletismo nunca se aquietó. La mayoría de los atletas que concurrían a la Pista Oficial de Atletismo se entrenaban con él.
En 1933 se hace el Campeonato Sudamericano en Montevideo. Pedro de Hegedüs es el entrenador de los atletas uruguayos. El equipo uruguayo de relevos de 4 x 100 obtiene la medalla de oro sobre otras cuartetas nacionales de verdadera jerarquía como Argentina y Brasil. De ahí surgió una jocosa anécdota dado que en forma individual Uruguay no tenía los mejores velocistas, aunque sí las otras naciones ya mencionadas. Luego de la derrota sufrida ante los orientales (uruguayos) el entrenador del equipo nacional de los argentinos se le aproximó a Hegedüs y le preguntó consternado en cómo había logrado semejante hazaña con prácticamente velocistas de mediana calidad. La respuesta que dio el maestro húngaro se hizo famosa y luego, en el futuro fue muy tomada en cuenta. Pedro de Hegedüs explicó brevemente la razón de la victoria de sus dirigidos: "...el pasaje amigo... elpasaje". Obviamente Pedro de Hegedüs se refería a la técnica del pasaje del testimonio en las correspondientes zonas de relevos, el cual, si se entrena y se hace de forma adecuada, proporciona grandes ventajas; no bastaba tener simplemente 4 corredores veloces.
En 1937 viaja con el equipo nacional uruguayo a Río de Janeiro, en donde su atleta fondista Carmelo Di Gaeta obtiene la medalla de plata en los 3000 metros con 8:53" min. (récord nacional) detrás del gran fondista argentino Delfo Cabrera, el cual luego se convertiría en Campeón Olímpico de la maratón, en Londres en 1948.
Pero la pasión de Pedro de Hegedüs también estuvo en el campo de la gimnasia. De acuerdo a ello la Comisión Nacional de Educación Física le ofrece horas de cátedra tres veces por semana en el "Gimnasio Universitario" de la ciudad de Montevideo. Se tenía como objetivo dar clases "populares" de gimnasia y de "grandes aparatos" para toda la comunidad. Sólo se exigiría para ello la llamada "ficha médica" otorgada por la Comisión Nacional de Educación Física, organismo que siempre controló la salud de las personas que quisieran utilizar los predios deportivos oficiales. El trabajo de Pedro de Hegedüs en dicho lugar empezó de manera paulatina, con el tiempo se fue incrementando hasta niveles insospechados en el primer momento. A los pocos años en las noches de los lunes, miércoles y viernes los jóvenes llenaban literalmente dicho gimnasio. ¿Cuál fue el resultado de todo ello? Que para el año 1940 Uruguay hubiera podido formar un equipo olímpico de gimnasia si es que se hubieran realizados los JJ.OO. en Tokio. Desgraciadamente dichos juegos fueron suprimidos por la IIª Guerra Mundial. Decimos esto porque dentro de los que se formaron en este Gimnasio Universitario hubieron 16 gimnastas que en la misma época hacían la "gran vuelta" (o "molino gigante") en la barra fija (¡!). En los otros aparatos como también en el "piso" hacían los ejercicios más complejos para esa época. Esto fue algo inédito en la historia de la gimnasia deportiva de la R.O. del Uruguay.
Pedro de Hegedüs y el Instituto Superior de Educación Física
En el Uruguay existía una gran carencia en materia de Educación Física. Una de las causas principales era que no contaba con una escuela estable para la formación de docentes en dicha área. En países como Argentina, Chile y Brasil ya existían dichos institutos desde hacía varias décadas. Por dicha causa se crea por ley el "Instituto Superior de Educación Física" en el año 1939 y la carrera iba a tener una duración de 3 años. Pedro de Hegedüs tuvo importante participación en la creación de dicha casa de estudios. Incluso dictó durante varios años distintas cátedras como gimnasia, boxeo y atletismo. Paralelamente a la creación de este Instituto Superior, también se crea la "Escuela Militar de Educación Física", organismo en donde se formaban de manera simultánea oficiales del ejército pero especializados en Educación Física. En la misma Pedro de Hegedüs también tiene el dictado de distintas cátedras de su especialidad.
Pero también hay que destacar un hecho muy importante. En 1939 conoce al gran maestro danés Niels Buck, el cual ejerció sobre Hegedüs gran influencia desde el punto de vista técnico - gimnástico. Con ello se rompía de manera definitiva el viejo enfoque sueco de la gimnasia, la cual estaba regulada por una gran variedad de posiciones estáticas: la "calistenia". Los daneses crearon la gimnasia de los grandes "impulsos" realizados en forma continua. Esto desarrollaba gran movilidad y dinamismo en los movimientos. Hegedüs cambia su orientación e introduce en el Rio de la Plata la gimnasia llamada en "rama verde" (como si se tomaran los extremos de una rama y con pequeñas oscilaciones se va tratando de aproximarlas entre sí).
Esto era algo completamente nuevo. Las "Clases Populares" del Gimnasio Universitario - mencionado ya anteriormente- toman este modelo y es la primera en ponerlo en práctica en toda Latinoamérica: fue un verdadero equipo de gimnasia de elite con la nueva tendencia.
Obviamente esta técnica gimnástica fue adoptada por el Instituto Superior de Educación Física y también la Escuela Militar de Educación Física.
Pedro de Hegedüs, nuevamente el Atletismo, otros deportes y el Congreso Internacional de Educación Física
Sobre fines de la década de los años treinta del siglo pasado el club Sud América lo invita a ser su "preparador físico" del equipo de básquetbol, cuando dicha institución militaba en la correspondiente federación. Este equipo tuvo una excelente actuación en dicho Campeonato Uruguayo. Luego en 1943 nada menos que el Club Peñarol lo contrata para la misma tarea que hizo en el básquetbol, pero esta vez en el área popular del fútbol. Tuvo buena actuación al ganar el "Torneo Competencia" y el segundo lugar en el "Uruguayo". Pero siguió latente en Hegedüs su preferencia sobre el "Rey de los Deportes", el Atletismo. Es nombrado nuevamente como entrenador del equipo nacional para el Campeonato Sudamericano a desarrollarse en Montevideo en el año 1945. Tuvo la gran satisfacción de ver coronado como campeón a uno de sus dirigidos, a Raúl Cóccaro, el cual obtuvo el máximo galardón con 57.08 m en el lanzamiento de la jabalina, récord nacional del Uruguay. En 1947 viaja con la delegación uruguaya al Sudamericano que tuvo lugar en Río de Janeiro. El equipo nacional de relevos de 4 x 100 obtiene la medalla de plata prácticamente con corredores de mediana calidad (nuevamente...."el pasaje"). Pero aquí se produce un hecho significativo. Las autoridades del campo de la educación física de Brasil, con sede en la capital carioca (Brasilia recién se estaba construyendo) al enterarse de la presencia de Pedro de Hegedüs formando parte de la delegación uruguaya de atletismo, lo invitan a quedarse en dicha ciudad para el dictado de un largo curso. ¡Para los brasileños esta era una oportunidad que no podía ser desaprovechada! Pedro de Hegedüs acepta dicha invitación y permanece durante un mes más en esa ciudad, una de las más hermosas del mundo. Dichas jornadas versaron sobre distintos campos: metodología, gimnasia, atletismo, planificación del entrenamiento, etc. Años más tarde cuando el autor de la presente también dictó un curso en Río de Janeiro, varios colegas docentes -ya mayores de edad- recordaron el paso de Pedro de Hegedüs en dicha ciudad con mucho cariño.
En el año 1949 se desarrolla en la ciudad de Montevideo un gran Congreso Internacional de Educación Física. Al mismo concurrieron los representantes de mayor relevancia de varios países latinoamericanos. Según los relatos de esa época, el Congreso se desarrollaba dentro de los cánones normales y convencionales en dicha área de la educación. Sin embargo, y para "romper la monotonía" durante el desarrollo del mismo, Pedro de Hegedüs en una de sus ponencias "lanza una bomba" en el sentido simbólico de la palabra. ¿Qué era lo que había ocurrido? Para entender dicho asunto conviene aclarar que en esos tiempos, existía gran antagonismo entre la llamada "Educación Física", representada obviamente por el campo de la gimnasia, con relación al deporte y el alto rendimiento. Pues bien, Pedro de Hegedüs declaró explícitamente y de forma contundente que la Educación Física y el Deporte "debían de marchar juntos". Esto provocó gran controversia y la mayoría de los presentes quedaron como estupefactos ante semejante postura. En ese entonces para muchos docentes de la educación física, especialmente los "teóricos", la cinta métrica, el cronómetro, los deportes de equipo del alto nivel constituían "una blasfemia" ante la "verdadera" Educación Física, es decir, la gimnasia. Este maestro húngaro estaba completamente contra esta posición. Su propuesta prácticamente provocó una "silbatina". Años más tarde el Prof. Enrique Romero Brest (h) manifestó en una rueda de colegas en la ciudad de Colonia, Alemania"...esta posición de Pedro de Hegedüs en el Congreso del año 1949 nos pareció descabellada, pero con el paso del tiempo nos dimos cuenta que tuvo toda la razón... la Educación Física y el deporte no tienen por qué estar enfrentados, se complementan perfectamente". El Prof. Alberto Langlade con el tiempo llegó adoptar la misma posición que Hegedüs y Romero Brest.
En vista del gran reconocimiento que se le tenía desde el punto de vista internacional Pedro de Hegedüs es invitado por el Instituto de Educación Física de Santiago de Chile en el año 1951. El país trasandino lo acogió con gran cariño y le tributó toda su calidez durante más de dos meses. Esto sirvió para que Hegedüs entablara una gran amistad con un gran médico catedrático chileno, el Dr. Luis Bisquert Susarte. Años más tarde este científico - docente se refirió cariñosamente recordando a Hegedüs como "don Pedro, el Maestro..."(Hegedüs ya había fallecido).
En el año 1952 Pedro de Hegedüs es designado entrenador nacional para el equipo de pentatlón que participaría en los JJ.OO. de Helsinki, Finlandia, a la vez que adopta por primera vez una nueva metodología de entrenamiento surgida en el centro de Europa. Sus atletas empiezan a entrenarse en lo que en ese entonces se conoció como el "intervall training", de manera parecida como la hacía el gran Emil Zatopek. Bajo esta metodología el corredor Gilberto Sánchez establece en pista (¡) el récord nacional en la media maratón. A su vez el equipo nacional del pentatlón concurre a la "catedral" de los deportes, Helsinki, Finlandia, en donde tiene buena actuación.
Resumiendo se puede expresar que Pedro de Hegedüs fue un verdadero revolucionario tanto en el campo de la gimnasia y también del entrenamiento deportivo. Todo lo que se hizo luego por sus seguidores, fue solamente una continuación de la gran obra que inició este maestro por los años 30 del siglo pasado.
Pedro de Hegedüs, su personalidad y los últimos años de su vida
Para este húngaro "acriollado" o "gringo" (como algunos lo llamaban) existían varias pasiones dado que el campo de la Educación Física y el Deporte era como si le "quedara chico", como si fuera un "mundo estrecho", insuficiente para sus valores espirituales, emocionales y también su intelecto. Pedro de Hegedüs era más amplio, era "más que Educación Física y Deportes". Debido a ello también se destacó como un excelente pintor artista, hecho que se refleja aún en la actualidad por los numerosos óleos que salieron de sus diestras manos y que están suspendidos o colgados en la actualidad en varias paredes pertenecientes a los hogares de los que fueron sus muchos amigos. Además de ello era un apasionado de la música clásica. En su hogar se escuchaba una sola emisora, la radio oficial llamada SODRE (Servicio Oficial Difusión Radio Eléctrica) la cual en ese entonces, como también ahora, pasa todo el día música clásica. Pedro de Hegedüs se movía también por ello -en sus escasos momentos libres- en un círculo de amigos pertenecientes al mundo del arte, en donde se hablaba de Van Gogh, Gaugin, Picasso, Monet como también de J. S. Bach, Vivaldi, Beethoven, Chopin, Mozart, etc. Sus clases de atletismo en el Instituto Superior de Educación Física de Montevideo no eran nada rutinarias dado que eran matizadas con conocimientos de fisiología y también física y matemática (caso de los saltos y lanzamientos atléticos). Pedro de Hegedüs era un amplio conocedor de estas ciencias exactas y la astronomía, rama, esta última, de la cual también llegó a dar conferencias. Era también un gran lector de los grandes filósofos como Platón, Kant, Hegel, Schopenhauer, etc. Además de ello era un admirador y estudioso del héroe de la independencia de la R.O. del Uruguay: el Gral. José Gervasio Artigas. Hegedüs admiraba a este gran soldado oriental por su hidalguía, inteligencia, valentía y capacidad como táctico guerrero. Por sus propias credenciales o "curriculum" como héroe de la Iª Guerra Mundial, este maestro húngaro se sentía verdaderamente "colega" del Gral. Artigas y comprendió cabalmente el sentido guerrero de esta gran personalidad oriental. En su biblioteca (más de mil tomos) existían varios libros de estudio sobre este genial militar uruguayo.
El autor de la presente nunca ha podido conocer a otra persona tan versátil desde el punto de vista intelectual teniendo como base una profesión como la de Prof. de Educación Física. Con Pedro de Hegedüs se podía conversar sobre cualquier tema de alto vuelo cultural: Educación Física, Ciencias Exactas, Filosofía, Arte, Ciencias Políticas, etc. Hasta podía hacerlo de "igual a igual" con especialistas de cada una de estas ramas del acervo intelectual.
Pero en la vida de este maestro no todo era "color de rosa", también habían algunos problemas. Si bien su apariencia era verdaderamente carismática e imponía enorme respeto tanto por su recia estampa de gran deportista como también su enorme intelectualidad, pese a ello existía en él una gran inestabilidad emocional. Desde este punto de vista, más que sensible, Pedro de Hegedüs era sumamente "frágil". Por dicha causa, especialmente a partir de los años cincuenta empezaron a evidenciarse en su conducta diaria fisuras, las cuales con el paso de los años se fueron acrecentando. Esta inestabilidad emocional obviamente venía desde mucho tiempo atrás la cual de una u otra forma estuvo contenida. Estos problemas tuvieron sus causas. Los 4 años de la Iª Guerra Mundial con las angustias que provocaron en su juventud los 37 asaltos cuerpo a cuerpo a bayoneta calada en las trincheras, de alguna forma volvieron a resurgir. Es como dijo un psicólogo "...el pasado siempre está presente". Además había que tomar en cuenta los sueldos magros que existían en ese entonces en su país de adopción como docente y militar (¡aunque ahora también!) hacía que trabajara prácticamente todo el día, levantándose durante muchos años a las cinco de la mañana y se acostaba prácticamente a la media noche. Pedro de Hegedüs vivía continuamente estresado.
Con el paso del tiempo ello trajo su "factura". Además de ellos, encontraba continuamente escollos en su trabajo como docente. Hegedüs tenía excelentes amigos y aunque no se evidenciaban enemigos, sí existía indiferencia ante sus nuevas y revolucionarias ideas. La indiferencia puede llegar a ser peor que una franca enemistad. Este maestro aplicó de manera incorrecta la ley de "causa y efecto". "Erróneamente" pensó en la siguiente relación: mérito igual reconocimiento. En ese sentido Pedro de Hegedüs sufrió verdaderas injusticias profesionales. Fue dejado de lado para concurrir a los Juegos Olímpicos de Berlín (1936), a los de Londres (1948), a la "Linguíada" que se realizó en Estocolmo (1949), pagando caro su observación de que "...la Educación Física debía marchar junto al Deporte....".
Para los representantes uruguayos que concurrieron a dicho acontecimiento mundial constituyó una verdadera vergüenza al encontrarse con colegas extranjeros que de manera sorprendida e inocente les preguntaron: "¡cómo! ¿Hegedüs no integra vuestra delegación?" Además de ello también y a último momento lo dejaron fuera de la delegación olímpica para los juegos a desarrollarse en Helsinki (1952). El equipo nacional de pentatlón viajó sin entrenador (¡?).
Obviamente Hegedüs cometió un "grave error" al pensar que la gran tarea que había realizado durante más de 20 años, con los grandes cambios técnicos y los grandes logros que fueron producto de su gran inteligencia innovadora y creativa, ello tendría su merecida recompensa y como se señaló en líneas anteriores. Este "gringo" cometió la inocente "torpeza" de no tomar en cuenta las circunstancias a través de las cuales se mueven nuestros países latinoamericanos, es decir, el no reconocer o darse cuenta de la manera en cómo funcionan. Nunca se pudo convencer ante el hecho que el tradicional "lobby" y/o el "amiguismo" son indispensables para la obtención de determinados logros; nunca comprendió cuán vital era el moverse en los pasillos en donde estaban situadas las puertas de las oficinas de las grandes autoridades políticas, de todos aquellos que tenían el poder de las decisiones. ¡Esas puertas había que golpearlas suavemente, y si uno era admitido para entrar, había que tener el máximo cuidado de no hacerlo muy .... "erguido"!
Pedro de Hegedüs no se movía en el mundo de la política para el logro de favores personales, aunque la conocía muy, pero muy bien, dado que entre otros, era muy conocedor del "Príncipe" de Maquiavelo, tenía algunas ideas socialistas y era además un estudioso de las "Ciencias Políticas". En nuestros países latinoamericanos hay que tomar en cuenta un hecho muy grave por su seriedad: la educación es considerada como un "gasto" y no una "inversión". Por dicha causa Pedro de Hegedüs (como muchos colegas entonces y ahora también) se constituyó en el verdadero prototipo del docente "taxi" para ganarse la vida y poder vivir dignamente, es decir, saltando de un trabajo al otro todo el día, desde sus obligaciones como militar a la docencia civil, rigiéndose continuamente por horarios estrictos y sin consideración alguna. Cada vez tenía menos tiempo para pensar, meditar, elaborar y crear.
Hegedüs era muy lector, un apasionado de los libros, pero los libros cuestan dinero y esa era otra de las causas por las cuales trabajó tanto: quería seguir cultivándose desde el punto de vista intelectual. Era de la opinión de que "para conocer cómo es una familia hay que ver si tiene o no una biblioteca en su hogar". La vida intensa que llevaba hizo finalmente eclosión en 1952 cuando sufrió un derrame cerebral (justo después de haber sido notificado de su eliminación del equipo olímpico para Helsinki), del cual se pudo recuperar a medias. Su estado general psico-físico se mantuvo relativamente estable hasta 1958 a partir del cual empezó una visible decadencia. Pedro de Hegedüs hubiera querido escribir libros de su especialidad. Pero si bien hablaba con bastante fluidez el idioma español, ello no le daba el nivel como para expresarse con verdadera corrección en su escritura. El Prof. uruguayo Raúl López Barrera en su momento intentó ayudarlo para tal fin. Pero ya era tarde, el maestro húngaro ya no funcionaba de manera correcta desde el punto de vista intelectual.
Pedro de Hegedüs fallece el 26 de febrero de 1961 a la edad relativamente joven de los 65 años de edad.
Su nombre comenzó a ser olvidado con el paso de los años, sin embargo los Profesores Alberto Langlade y su esposa Nelly (que habían sido sus alumnos en el Instituto Superior de Educación Física) le dedican con gran muestra de reconocimiento y cariño su libro "Teoría General de la Gimnasia" editado en la Universidad Nacional de Tucumán, Argentina. Estos docentes reconocían en dicha publicación a Pedro de Hegedüs como "...el maestro, ahora y en el futuro".
Esta breve historia no se puede terminar sin una aclaración: "¿qué fue de aquel récord nacional establecido por el atleta entrenado por "don Pedro", Héctor R. Domínguez (la "pantera azul") y con el cual comenzamos este relato? Duró como récord nacional del Uruguay durante 31 años (¡?) hasta que fue mejorado por Juan F. Aguilar recién en 1963 (48" 7/10).