sábado, 3 de noviembre de 2012

Prof. Abel Inchuste: el entrenamiento deportivo V



ENTRENAMIENTO DEPORTIVO V

FISIOLOGÍA DEL EJERCICIO FÍSICO

Función Renal y Sistema Endócrino


Función renal

En las adaptaciones orgánicas necesarias para responder a las exigencias del entrenamiento, la participación de la función renal cumple un papel relevante.

La función del riñón que es importante en el mantenimiento de la homeostasis corporal, durante el ejercicio está presente en la regulación del volumen y composición de los líquidos, controlando la eliminación de los electrolitos de deshecho a través de la orina, interviniendo además en la regulación del equilibrio ácido-básico, conservando los valores del PH sanguíneo.

El filtrado de la sangre que se realiza en el glomérulo renal, permite la eliminación de aquellas sustancias que no son útiles al organismo, algunos elementos ácidos, urea y demás productos deshechables.

La capacidad de reabsorción del riñón también es importante, especialmente en la recuperación de agua, de la que se recupera más del 90% del volumen total a lo largo del día.

Durante el ejercicio físico el riñón recibe un menor flujo sanguíneo, lo que se puede apreciar en la mayor concentración de la orina. En ejercicios de larga duración, sin embargo, al aumentar la permeabilidad de la barrera de filtración, haciendo más fácil el proceso de eliminación a través de la orina, se puede apreciar la aparición de elementos no habituales dando lugar a las características proteinurias o hematurias postesfuerzo. La aparición de hemoglobina o mioglobina en la orina, se presenta especialmente en la práctica de deportes que requieren un esfuerzo prolongado, como las carreras de larga distancia y también en los deportes de contacto. El sobreesfuerzo o la falta de adaptación también pueden provocar microrotura de las fibras musculares que son el origen de estas alteraciones. Estas sustancias en la orina suelen desaparecer rápidamente y no se repiten en análisis después de un período de reposo.

La realización de ejercicios de alta intensidad, especialmente cuando se realizan en condiciones anaerobias, puede ocasionar la aparición de acidosis metabólica que requiere la intervención activa del riñón para restablecer el equilibrio acido-base. Además como la sudoración y la evaporación en la respiración aumenta la pérdida de agua es importante mantener una buena hidratación en este tipo de ejercicios.






Sistema endócrino


Formado por un número elevado de glándulas en órganos y tejidos, el sistema endócrino es el responsable de liberar en la corriente sanguínea los mensajes químicos que denominamos hormonas. Cada glándula tiene una función especial y los mensajes que trasmiten sus hormonas sólo producen alteraciones en aquellos órganos que disponen de los mecanismos receptores adecuados. Los efectos provocados en estos órganos “diana” pueden ocurrir en horas o minutos, produciendo alteraciones en los procesos celulares tales como: activación de los sistemas enzimáticos, alteraciones de la permeabilidad de las membranas celulares, contracción o relajación muscular, estimulación de la síntesis proteica y otros.

Como las características de este trabajo limitan la extensión y el desarrollo del tema, haremos una reseña esquemática del comportamiento de las hormonas cuya función está más estrechamente vinculada con la actividad física.


a.)    La hormona de crecimiento (GH) o somatotrófica (STH)

Esta hormona estimula el crecimiento de los tejidos del organismo e induce la diferenciación específica de las células de crecimiento óseo y muscular a través de acciones puramente metabólicas. En los huesos es donde se observan sus efectos mayores produciendo un crecimiento en la longitud de los mismos y también tiene un efecto importante sobre la osteoblastosis estimulando la producción y multiplicación de osteoblastos, aumentando así el tamaño de los huesos en su espesor, en sinergia con otras hormonas. También aumenta la masa muscular para la cual necesita la presencia de otras hormonas (insulina y hormonas sexuales).

Durante el ejercicio se aumenta la concentración de esta hormona en función de la intensidad relativa del mismo. En ejercicios aeróbicos aumenta  entre un 145 y un 165% sobre el valor basal. En ejercicios de fuerza entre un 70 y 85% .En ejercicios con poca carga y muchas repeticiones no aparecen cambios pero si se realizan con máxima carga, (potencia próxima o superior a la máxima)  sí aumenta la GH. En general, en la fase de recuperación la presencia plasmática de esta hormona disminuye regularmente hasta llegar a su nivel basal después de una hora.

b.)    Las hormonas estiroideas (androgénicas)

La testosterona es el principal andrógeno natural. Su síntesis se realiza a partir del colesterol en las células de los testículos y en menor medida en el tejido ovárico, así como también en la corteza suprarenal. Los niveles elevados de testosterona, además de estimular la síntesis proteica, aumentan la síntesis de glucógeno muscular y los depósitos de fosfocreatina, por lo que está también relacionada con la fatiga. Además tiene una acción estimulante sobre la eritropoyesis. Psicológicamente se la asocia con la motivación y la agresividad.

La concentración plasmática de la testosterona durante el ejercicio depende de la potencia relativa del esfuerzo. Se manifiesta una mayor concentración durante los ejercicios de máxima intensidad y existe una correlación positiva entre la intensidad y el incremento de testosterona.

En la realización de ejercicios de larga duración y potencia relativa se aprecia una disminución de esta hormona, no obstante durante el ejercicio prolongado de 75 a 80% de la máxima potencia la concentración de testosterona es máxima disminuyendo luego, aunque tras cesar el esfuerzo aún esté por encima del valor basal.

Si bien es difícil comprobar el papel de los cambios de concentración de testoterona en el ejercicio, la hipotestoteronemia postejercicio, en cambio podría tener importantes consecuencias: 1. podría disminuir la velocidad en la reconstitución de los niveles de glucógeno; 2. el descenso de la testoterona podría disminuir la síntesis proteica; y 3. podría disminuir a eritropoyesis.

      c) Los corticoesteroides

Los corticoides son hormonas que se sintetizan en la corteza suprarrenal a partir del colesterol. Sus efectos se clasifican en: 1. glucocorticoides (acciones metabólicas, antiinflamatorias e inmunosupresoras. Los más importantes son el cortisol y la cortisona; 2. mineralocorticoides, con acciones sobre el equilibrio hidroelectrolítico  como la aldosterona.

La acción más relevante de los glucocorticoides (cortisol) se vincula con la acción antiinflamatoria, tanto en fase inicial como tardía y es la más potente afectando a todos los tipos de reacciones inflamatorias.

La actividad inmunosupresora se ejerce mediante varios mecanismos, como la disminución de la producción del factor de crecimiento celular y otros mecanismos vinculados en las defensas del organismo. Los corticoides también actúan sobre la conducta, produciendo un efecto euforizante, disminuyendo la sensación de miedo e incrementando la agresividad. En algunos casos puede inducir a los efectos contrarios llevando a la depresión y al desarrollo de síntomas psicóticos.

Como respuesta al ejercicio, el cortisol aumenta con la actividad física y este aumento está relacionado con la intensidad de la misma. Con el vaciamiento de los depósitos de glucógeno muscular también se constata un aumento de esta hormona.

En los deportistas bien entrenados, se aprecia un aumento moderado durante los ejercicios de alta intensidad y este aumento retorna rápidamente a sus niveles basales durante la recuperación.

     d) las hormonas tiroideas: la tiroxina (T4) y la triyodoteronina (T)

Estas hormonas son producidas por la tiroides. Además de sus efectos sobre el crecimiento, las hormonas tiroideas tienen una acción hipermetabolizante que se manifiestan sobre tres grandes procesos metabólicos. Sobre el metabolismo oxidativo, donde es una de las acciones más importantes, acelerando la transformación de los alimentos en energía. Con sus efectos sobre el consumo de oxígeno las hormonas tiroideas activan el metabolismo de la glucosa y de las grasas. También estimulan casi todas las fases del metabolismo de los hidratos de carbono incluyendo una rápida captación de glucosa por las células, aumentando la glucolisis y a glucomiogenesis Sobre el metabolismo de las proteínas, las hormonas tiroideas son anabolizantes. El exceso de hormona tiroidea en el adulto produce disminución ósea, aumentando la pérdida de calcio y fosfatos.

En relación con el ejercicio físico, éste tiene un efecto muy variable sobre la concentración de tiroxina (T4). En general se produce una elevación de la concentración pero esta no es proporcional a la intensidad.


      e) Hormonas pancreáticas

La más importante es la insulina, estimula las reacciones anabólicas de los glúcidos, lípidos, proteínas y ácidos nucleicos, inhibiendo las reacciones catabólicas. Todo ello se traduce en la síntesis de  grandes moléculas          para el almacenamiento de energía o bien para su utilización como precursoras de moléculas propias con funciones estructurales y reguladoras.

Su importancia en relación con el ejercicio. Las variaciones de concentración de las hormonas pancreáticas tienen un papel relevante durante el ejercicio submáximo o de larga duración. El entrenamiento disminuye la insulonemia en reposo y la aumenta durante el ejercicio submáximo lo que hace suponer que el entrenamiento favorece la tolerancia a la glucosa.


      f) Las catecolominas: la adrenalina, la noradrenalina y el glucagón

Éstas hormonas son secretadas por las glándulas médulosuprarenales o por las terminaciones simpáticas. Todas ellas ejercen una acción importante sobre la función cardiovascular. La adrenalina aumenta el débito cardíaco gracias a una elevación de la frecuencia cardíaca y de la contractilidad del miocardio. La noradrenalina ejerce esencialmente una función vasoconstrictora excepto sobre las coronarias. Ambas hormonas tienen también efectos metabólicos importantes, en particular sobre la movilización de los sustratos energéticos.

 En respuesta al ejercicio tanto de fuerza como de resistencia se produce un aumento de la adrenalina y la noradrenalina  relacionado con la intensidad del ejercicio. Al principio hasta la transición aeróbico-anaeróbico el aumento es suave para incrementarse después rápidamente. En ejercicios de intensidad máxima hay una mayor producción de estas hormonas. Si el ejercicio se prolonga, en ejercicios de potencia elevada puede alcanzar valores de 50 a 300%  mayores que en reposo. Este hecho es importante ya que estas hormonas favorecen la captación de aminoácidos por el músculo para la obtención de energía.

También incrementa la fuerza y la contractilidad del corazón e interviene en la regulación de la vasocontricción y vasodilatación de los vasos sanguíneos. La vuelta a la concentración basal se realiza aproximadamente después de los 10’ en los ejercicios de intensidad submáxima. En ejercicios de máxima intensidad, la vuelta a las concentraciones en reposo puede tardar de 1 a 3 días.

El glucagón cumple una función antagónica a la de la insulina, favoreciendo los procesos catabólicos e inhibiendo los anabólicos. A nivel muscular aumenta la producción de glucosa a partir del glucógeno, aunque de esta forma no contribuye a elevar la glucemia. Sobre el tejido adiposo el glucagón favorece la lipólisis poniendo a disposición muscular ácidos grasos como sustrato energético.

Durante el ejercicio la concentración de glucagón disminuye muy poco en función de la potencia relativa hasta el 75% de la potencia máxima aeróbica.


Las Hormonas y el Equilibrio de los Líquidos

La práctica de los ejercicios puede producir una pérdida hídrica importante, especialmente vinculada a la sudoración. La pérdida de agua se acompaña de una disminución de los volúmenes plasmáticos y conduce a una redistribución de la sangre. Como consecuencia de estas alteraciones, en la regulación de los líquidos internos,  intervienen diferentes mecanismos hormonales: la hormona antidiurética (ADH) y la aldosterona. La acción principal de la ADH es la de evitar la pérdida de líquidos a través del riñón de allí el nombre de antidiurética. La aldosterona tiene efectos sobre el transporte iónico en las células epiteliales, por lo que se le denomina globalmente mineralocorticoide. Las células epiteliales renales digestivas y sudoríparas, disponen de bombas enzimáticas para el transporte iónico que hace posible la recuperación de Na+, K+ y H+ fundamentalmente. Estos mecanismos de transporte iónico celular se encuentran bajo el control de las mineralocorticoides, por lo que tanto el exceso como la falta de actividad de estos esteroides, puede producir graves consecuencias en el balance del Na+ y la homeostasis de los electrolitos.






Bibliografía

Entrenamiento Óptimo.                                                J. Weineck
Ed. Hispanoeuropea


Fisiología Deportiva                                                    A. Córdoba – F. Navas
Ed. Gimnos                                                                 


Fisiología del Ejercicio                                               L. Morehouse – A. Miller
Ed. El Ateneo

Fisiología del Ejercicio                                               J. López – A. Fernandez
Ed. Panamericana

Fisiología del esfuerzo y del Deporte                        J. Wilmore –D. Costill
Ed. Paidotrigo

The Relationship between Circulation                       J. Keul
And Metabolism during Exercise
Ed. Med. and Science in Sports


Abel Inchuste
Barcelona, noviembre 2012









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