lunes, 8 de octubre de 2012

Prof. Abel Inchuste: ENTRENAMIENTO DEPORTIVO (IV)





ENTRENAMIENTO DEPORTIVO (IV)

FISIOLOGÍA DEL EJERCICIO

Sistema Cardiovascular


Todo estímulo de entrenamiento implica a la célula muscular, donde se realizan los intercambios de sustratos, se reconstituyen las reservas y se libera la energía. Los sistemas cardiovascular y respiratorio intervienen como mecanismos auxiliares en los procesos encargados de satisfacer las necesidades incrementadas del metabolismo celular por el ejercicio físico.

Cuando se realiza un trabajo muscular intenso, el flujo sanguíneo hacia el tejido muscular aumenta aproximadamente 50 veces. Esta circunstancia hace que se produzcan importantes cambios en los factores que regulan las funciones cardiovascular y respiratoria.


El corazón y el ejercicio físico


El corazón como bomba de alimentación del sistema de transporte de oxígeno por la sangre, es de todas las respuestas adaptativas al esfuerzo la más significativa y es el factor que suele establecer el límite de la capacidad de ejercicio.
El miocardio, a diferencia del músculo esquelético, está permanentemente activo y  lo hace casi exclusivamente mediante la producción de energía aeróbica. Lo que capacita la aptitud de las células cardíacas para este tipo de producción energética es principalmente la abundancia de mitocondrias. Estas representan aproximadamente el 30% del volumen total de la célula cardíaca mientras que en el músculo esquelético y según el estado de entrenamiento, las mitocondrias pueden representar solamente el 5-10%.

El peso del corazón no varía de manera significativa por efecto del entrenamiento.
 Las variaciones en sujetos no entrenados oscila entre 250 y 300 gramos para un volumen entre 600 a 800 ML. Y aproximadamente de 11 a 12 ML/KG. En sujetos entrenados, se puede observar valores de 350 a 500 gramos y de 900 a 1000 ML. de volumen para 15 a 17 ML/KG. (Mellerowicz y Meller)

El aumento del volumen del corazón es una condición esencial y previa al aumento sistólico (VS), y de este modo es posible un mayor consumo de oxígeno. Un aumento de 100 ML. de volumen cardíaco  implica un incremento de 200ML aproximadamente de consumo máximo de oxígeno. Un débito elevado como el que es posible encontrar en sujetos entrenados es muy económico para el trabajo cardíaco en esfuerzos submáximos y es una condición previa para conseguir una mayor capacidad  máxima de transporte de los sustratos en esfuerzos extremos.

El grosor del músculo cardíaco (por hipertrofia) relacionado con el volumen cardíaco (cavidad cardíaca-dilatación) por efecto del entrenamiento, no sólo guarda una vinculación estrecha con el débito sistólico (VS ML/min.) sino también con el débito cardíaco. (J. Weinec)

La máxima frecuencia cardíaca durante el ejercicio y la velocidad con la cual se llega a ese valor varía según el tipo de ejercicio (su intensidad y duración), el contenido emocional, la temperatura ambiente, la humedad y la aptitud física. Si se toma como base la frecuencia cardíaca para monitorear el ejercicio, el esfuerzo realizado se expresa  como porcentaje de la frecuencia cardíaca máxima calculada, ya que como sabemos existe una relación directa entre la frecuencia cardíaca y la captación de oxígeno y el porcentaje de la frecuencia cardíaca máxima está en función lineal del porcentaje del consumo máximo de oxígeno.*

La aceleración cardíaca comienza inmediatamente después de iniciarse el ejercicio. Este ascenso inicial tiende a nivelarse al cabo de pocos segundos, y se continúa con una  elevación gradual hasta alcanzar el máximo nivel que suele aparecer entre los 4 o 5 minutos. La máxima frecuencia cardíaca durante el esfuerzo, si se encuentra en la fase estable, tiene una relación significativa con la cantidad de trabajo realizado. El tipo de ejercicio influye sobre el incremento de la frecuencia. La mayor aceleración de la frecuencia la encontramos en ejercicios de velocidad como las carreras y la menor frecuencia en ejercicios de fuerza como los lanzamientos. En ejercicios de resistencia como las carreras de fondo, la frecuencia cardíaca tiene un valor medio entre los registros alcanzados entre los de velocidad y los de fuerza y suele permanecer elevado durante más tiempo después del ejercicio (deuda de oxígeno).

El tiempo requerido para la normalización de la frecuencia cardíaca después del ejercicio depende de la intensidad del esfuerzo, de su duración y de la condición física del sujeto. En las personas en buen estado físico, la recuperación es más rápida que en sujetos no entrenados.

 
Volumen minuto durante el ejercicio


El aumento del volumen minuto es considerado un factor clave de la respuesta fisiológica al ejercicio físico. Como sabemos el volumen minuto cardíaco es el producto de la frecuencia cardíaca por el volumen sistólico (Volumen de sangre que cada ventrículo expulsa por latir). En la práctica se determina la frecuencia cardíaca y el volumen minuto y después se calcula el volumen sistólico. Por ejemplo, un sujeto con un volumen minuto de 4.2 litros y una frecuencia cardíaca de 70, se estima un volumen de eyección sistólica de: 4.200/70 = 60ML.

En reposo el sujeto entrenado en resistencia general tiene unas cuarenta pulsaciones por minuto, mientras que el no entrenado tiene unas 70. El volumen sistólico en los primeros es de unos 105 ML., en tanto en los segundos es de 60. Durante un esfuerzo el sujeto entrenado puede quintuplicar su frecuencia cardíaca mientras que los no entrenados pueden llegar a triplicarla. El sujeto entrenado puede a su vez doblar el volumen sistólico y mantenerlo constante incluso a frecuencias cardíacas de 180/210  pulsaciones por minuto. (Strazenberg y Schwidtman)



Los deportistas entrenados pueden llegar a tener un volumen minuto de más de 30 litros durante ejercicios máximos, en tanto los no entrenados alrededor de 20litros. El aumento en el volumen cardíaco se debe al aumento de la frecuencia cardíaca y al volumen de eyección sistólica. Además como la frecuencia cardíaca máxima en el ejercicio extenuante es prácticamente la misma en entrenados y en no entrenados, el mayor aumento en el volumen minuto alcanzado por los deportistas debe atribuirse a su mayor capacidad para incrementar el volumen de eyección sistólica. El mayor volumen de eyección sistólica no obedece a un mayor llenado de los ventrículos durante la diástole, sino a un vaciado más completo durante la sístole como consecuencia del aumento de la fuerza del miocardio en la contracción ventricular.


Sistema respiratorio

 
Como sabemos, el sistema respiratorio es responsable de una función primordial para el organismo ya que por este medio, los tejidos acceden al oxígeno y se desprenden del anhídrido carbónico. La ventilación pulmonar, mediante la inspiración y expiración hace posible estos procesos que se realizan por la contracción y relajación de los músculos respiratorios (diafragma e intercostales externos) y la elasticidad característica de la parrilla costal.

La inspiración se inicia mediante un impulso nervioso proveniente del centro respiratorio en el bulbo raquídeo. La contracción de los músculos respiratorios hace que el tórax se expanda y los pulmones al estar “adheridos” a la superficie toráxica interna, acompañan dicha expansión aumentando su volumen. Cuando el centro respiratorio interrumpe el estímulo, se relajan los músculos inspiratorios y el retroceso elástico de la pared toráxica hace que se vuelva a la situación inicial. Como consecuencia se eleva la presión intrapulmonar por encima de la atmósfera y consiguientemente el aire contenido en los pulmones, es expulsado (expiración).

Durante la respiración en estado de reposo entran y salen de los pulmones unos 500 ML de aire, volumen que aumenta considerablemente durante el ejercicio. Si se tiene en cuenta que las vías de conducción respiratorias, tienen una capacidad media de 150ML, de los 500 ML de aire de la respiración normal, sólo 350ML se mezclan en realidad con los 2000 a 3000ML que hay en los alvéolos pulmonares (aire alveolar).

La composición media del aire alveolar es de: 14.5% de oxígeno, 5.5% de anhídrido carbónico y 80% de nitrógeno. Esta composición permanece relativamente constante, lo que hace posible el equilibrio necesario para que se realice eficazmente el intercambio gaseoso en la sangre contenida en los capilares.


Ventilación pulmonar durante el ejercicio

Al comenzar un ejercicio físico se produce un leve aumento de la ventilación. Cuando el esfuerzo se mantiene en intensidades submáximas, la ventilación se incrementa hasta alcanzar un estado estable. Este incremento es proporcional al trabajo y se presenta en base al aumento de la amplitud respiratoria, a partir de aquí, el aumento de la ventilación es exponencial en relación al esfuerzo, cumpliendo con la necesidad de aireación pulmonar, para conservar el equilibrio ácido-básico incrementando la eliminación de CO2.

La adaptación al esfuerzo presenta dos variables: la frecuencia respiratoria (Fr) y el volumen corriente (Vc) que se define como el volumen de aire que inspiramos o espiramos en reposo. VPM (L.min-1)=Vc (ML.res.-1).Fr (res.min-1). Ambos factores aumentan durante el ejercicio y elevan la ventilación pulmonar desde los 6 L.min-1 en reposo hasta los 120 L.min-1, durante ejercicios de cierta intensidad, pudiendo alcanzar en atletas de élite los 200 L.min-1.

Como vemos el volumen-minuto respiratorio durante el ejercicio está vinculado a la condición física como resultado del entrenamiento. Se puede comprobar también en sujetos entrenados una disminución del volumen minuto respiratorio durante la realización de un esfuerzo máximo. Es probable que esta superioridad respiratoria no resida tanto en la mayor capacidad vital como en la mayor facilidad para utilizar su capacidad respiratoria máxima.

Con la iniciación de un ejercicio se produce un aumento del ritmo respiratorio hasta alcanzar un ritmo constante. En ejercicios de intensidad moderada esta fase estable es alcanzada en 3-5 minutos. Cuando el ejercicio se hace intenso, el volumen minuto y la frecuencia respiratoria sigue aumentando a pesar de que se produce una ligera disminución en el volumen corriente. Debe tenerse en cuenta que la regulación de la función cardíaca durante el ejercicio intenso sigue un esquema similar, elevación continuada de la frecuencia cardíaca junto a un leve descenso del volumen sistólico.


Riego sanguíneo pulmonar


La circulación pulmonar tiene por función hacer pasar a través de los capilares alveolares la sangre venosa de todo el cuerpo para captar el oxígeno necesario para las funciones vitales e eliminar el CO2. La circulación pulmonar se caracteriza por su baja resistencia y gran distensabilidad, siendo las presiones generadas menores que las existentes en la circulación sistémica. Esta menor resistencia hace posible una distribución de la sangre más amplia sobre las paredes alveolares, lo que facilita el cambio gaseoso.

Durante el ejercicio, la presión sanquínea es más alta que en reposo y consigue de esta manera una perfusión más eficaz en todo el parénquima pulmonar. El flujo sanguíneo en la circulación pulmonar debe coincidir con el gasto cardíaco de la circulación sistémica y en consecuencia está regulado por los mismos factores.


Técnica respiratoria


En los deportes de resistencia general la capacidad de rendimiento puede verse limitada por una técnica respiratoria defectuosa. Es recomendable según la carga de entrenamiento un ritmo de respiración – zancada. En el curso de una carrera de intensidad moderada, puede ser adecuado una relación de 4/4 (inspirar cada 4 zancadas y espirar cada 4); en el curso de un esfuerzo de mediana intensidad es conveniente una relación de 3/3; en caso de esfuerzos más elevados de 2/2; en intensidades máximas de 1/1 ( Ylg y Köler)




Abel Inchuste
Barcelona, octubre 2012

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